El día del triunfo del Señor, de su Resurrección es definitivo.
¿Dónde están los soldados que había puesto la autoridad?
¿Dónde están los sellos, que habían colocado sobre la piedra del sepulcro?
¿Dónde están los que condenaron al Maestro?
¿Dónde están los que crucificaron a Jesús?...
Ante su victoria, se produce la gran huida de los pobres miserables.
Llénate de esperanza: Jesucristo vence siempre.
(San Josemaría Escrivá de Balaguer, Forja, 660)
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