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martes, abril 22

Más allá de un mero jardín

“Suponiendo que (como es de rigor) nuestro planeta
no desbaratará por su culpa ni, aunque más
probablemente, por culpa de la especie humana, el
porvenir potencial del diseño del paisaje en el mundo
entero es imponente. Imaginemos tan sólo que millones
de personas empiecen a percatarse de lo que significa
asociarse en régimen de igualdad con la naturaleza
que aman, pero que la mente ha perdido. Carece de
importancia que el diseño del Paisaje llegue a ser total
y pueda reemplazar a la arquitectura como madre
de las artes.”

Sir. G. Jellicoe






La capacitación de profesionales capaces de concebir el espacio
urbano o social, requiere una vivencia real del profesional en
dichos espacios y una lectura perceptiva que le informe el perfil
caracterizador de costumbres y modalidades expresivas de los
habitantes del lugar.
Existen quienes opinan que las obras concluidas deben soportar el
intensivo uso del público por lo que recomiendan pensar “formas
fuertes”. Sin embargo el vandalismo imperante y además creciente
en la ciudades más importantes de Argentina, hace pensar que
“formas fuertes” no es un impedimento al desarrollo, pero suelen
ser también poco atractivas, poco bellas, pues expresan el modo de
insertarse en el contexto urbano, portan en sí mismas los rasgos
caracterizadores de la sociedad en su conjunto.
Las problemáticas de diseño a abordar abarcan un amplio abanico
de proporciones y escalas. Desde un reducido jardín hasta una
vasta región, o sea, desde el espacio abierto privado al espacio
abierto publico.
Las intervenciones no son simples creaciones de escenarios sino que
cada problema es resuelto buscando una continuidad armónica
entre campo y ciudad, tal como en medicina se piensan los
implantes considerando los rechazos, si tales rechazos no se
manifiestan y lo nuevo se integra a la dimensión orgánica del mundo,

el paisajista ha tenido éxito.

Aún cuando las formas expresen a la cultura de una época y no al
capricho individual de un acaudalado poder económico.
El diseño del paisaje implica responsabilidad y nunca despilfarro,
es la obra artística más completa, pues involucra todos los
conocimientos de una cultura. No sólo se trata de ajardinar un lugar,
exhibiendo una colección de plantas y mera composición plástica.

El diseño del paisaje va más allá. Es necesario un conocimiento más vasto y sólo
abarcable desde una interpretación holística del mundo y sus
elementos, a lo que debemos sumar al hombre y su accionar
modificador del planeta.
Para tener cabal idea de lo que implica y los profesionales
formados para cumplir con la tarea, se necesita una toma de
conciencia de lo que la sociedad en su conjunto es y cómo actúa
sobre la ciudad, la naturaleza y el medio ambiente en general.
Es así necesario un profesional muy cultivado y también un
dominador de todas las artes, por lo dicho, el profesional
paisajista debe ser en la actualidad el profesional más completo,
hombre o mujer en todas sus dimensiones. Un profesional capaz
de entender que la comprensión de la realidad implica una vasta
percepción del todo y saber que ese todo es la integración de las

partes.

Arq. Mario López Díaz
Docente FA